martes, 18 de diciembre de 2007

MENTIRA URBANA




como la gota que cae en el ojo que la espera
o la certeza de rompernos o encontrarnos
sin que nunca sea demasiado tarde

habría servido sólo para retratar una vez más
la silueta del edificio sobre el infinito
y la luz de un semáforo que ya no estará en verde

ese líquido espeso que se vierte por sobre todo
dejando intactas pocas cosas a su paso
-un pétalo, una pelusa, un rincón, un fa menor-

pudo, quién sabe, subsistir en estado anacrónico
la luz de la oficina siempre prendida, una buena actuación
reconocerse en todos y en ninguno

esa brisa helada que congela las lágrimas
de quiénes ya nunca tendrán todo por perder
(no más consecuencia de un pavoroso cambio climático)

habría tenido en la piel la memoria de miles de años.

sábado, 1 de diciembre de 2007

INVENTO




el amor, le dice
no es una ecuación matemática
donde la caricia es la variable independiente
que si es cualitativa se mide por los besos que provoca
y sino, no se mide, se siente

por eso, le aclara
cuando me voy y traspaso esa puerta
-el límite de esto que somos intramuros-
se diluye todo contenido real
queda flotando en la atmósfera
aquello, lo predicho, lo explicado, lo…

no lo digas, le suplica
no hace falta que lo nombres
ahora es, existe independiente a vos y tus categorías
mira como lo abrazo, ves? acá esta
vení, míralo

imposible,
lo que inventamos, le explica
no es nada más que eso,
y por eso tiene día, hora y lugar

por eso sólo existe en ese confín de puntos,
argumenta,
esa simetría azarosa que pretende capturarte
(y capturarnos)
para poder encontrarnos donde no estamos

entonces, le dispara
soy porque te invento






y se calla

martes, 27 de noviembre de 2007

UNA VIEJA HISTORIA


Nunca había visto un conejo tan parecido a un elefante.

Los elefantes sabemos mucho de conejos y de todos los otros animales; los elefantes somos viejos, los hemos estudiado con celo durante mucho tiempo.

Mi adoración por los animales es casi el motivo de mi existencia, y juro que nunca había visto un conejo tan parecido a un elefante.

Apareció en el límite oriental del territorio, un día en que la anormalidad me había llevado a la meditación profunda. Por algún motivo decidí ir hacia allí a sentarme en los laureles y quizás dormir un tiempo… frené de golpe, estornudé, miré hacia abajo… un conejo. ¡Que parecido a un elefante!

Lo llevé a pasear, así lo observaba mejor. Tome nota: memoria de elefante, no tiene pelos, es mucho más oscuro que otros conejos, tiene más oreja, y más cola, su hocico es más estirado…

EL ELEFANTE JAMAS OLVIDA… De joven solía pensar q los elefantes éramos de carácter único y este bicho viene a fregarme en la cara que los elefantes somos también animales.

Así, sumido en contemplación, caí en cuenta de que, de haber tomado mis decisiones otro rumbo, no le hubiera pasado ni cerca, y, de no haber estornudado, le habría pisado.¡Bendita expiración involuntaria y repentina!
No cabe duda: este espécimen ES especial; encontrado de mágica manera, dócil y suave al trato. Lo quiero conmigo quiero quedarme con el. No parece resistirse, la idea de venir conmigo no le molesta en apariencia.

Tengo que tener cuidado, nunca había tenido un conejo. Menos tan parecido a un elefante.

Es por eso que no me da miedo llevarlo: tuve problemas con un cervatillo, con un gato, con un Cebú. Pero ellos no eran parecidos a un elefante.

El cervatillo, inquieto, saltaba de aquí para allá, hacía todo a la vez. Se negaba a ser ciervo. Yo en mi exasperación no pude enseñarle la importancia de cada sensación, la sabiduría de la calma. No. Lo dejé irse un día. Se fue triste pero corriendo. El cervato no tiene el ritmo del elefante.

El gato, en cambio, se dedicaba poco a la actividad. Pasaba días durmiendo, noches trabajando, cultivando un espíritu sabio, creía yo. Me adormecí en ese tempo largo. El gato tenía sus propios intereses, así que desaparecía por meses, volvía a comer, charlábamos, se volvía a ir. En esos días yo era el elefante más parecido a un gato que conocí.

El Cebú hizo destrozos en casa… como iba yo a saber, los cebúes no son animales de mi tierra. No nacieron para estar con los elefantes, ellos lo sabían. Yo no. El día que encontré uno, lo invité a comer (dicen que siempre pasa), atontado por las magnificas dotes del “inmenso” Cebú (había olvidado que los elefantes somos más grandes aún). Mi Cebú estuvo un tiempo conmigo, compartimos algunas cosas, pero no quería parecerse a un elefante. Se fue una noche a escondidas. Ni siquiera le gustaban los elefantes.

Pero este conejo es increíble, es tan parecido a un elefante.

Mi impresión es que va a estar cómodo en casa… no lo puedo dejar. Me gusta que parezca elefante, pero más me gusta que sea conejo.
Nunca había visto un conejo verdaderamente parecido a un elefante.

Esta claro para mí. Yo nací para tener ESE conejo (para otras cosas también)
¡Lo quiero!
Lástima que esos trámites tardan tanto…

Pero por mi madre que nunca vi un conejo tan parecido a un elefante!!

A VECES LAS METÁFORAS NOS QUEDAN CHICAS.



ilu P

viernes, 16 de noviembre de 2007

DESTIEMPO



el problema de llenar un vacío
es poder volver a vaciarlo

el problema de andar a destiempo
es quedar siempre al revés

encontrar también es perder

(demasiado rosa, demasiado escénico, demasiado cliché)


viernes, 9 de noviembre de 2007

SOMBRA DE VOS


"uno no siempre hace lo que quiere,
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote de menos"
(Mario Benedetti)





lo importante de la sombra,
si existe,
es que tenga conciencia profunda
de su condición de determinación absoluta


de su incapacidad ontológica
de vagar independiente y autónoma
irrumpir en sueños y cajones
aparecerse en algún espejo
situarse en cualquier rincón.


Pero si esto no es así,
y la sombra rebelde insiste en su disrupción
y come de tu comida cuando no ves,
o se camufla entre las sábanas
y te asusta a la madrugada


estamos ante un problema de lógicas
conjuntos de parámetros excluyentes
que se anulan entre sí
(y la sombra en el medio, se aclara)


de igual manera que
si por alguna razón insuficiente
te miro a los ojos y no estas
y nada más esta la sombra


Cortázar dijo:
(o Juan pensó que Hélene hubiera dicho)
"no soy responsable de la imagen que anda a tu lado"
-de la imagen de ella, se entiende-


ilub



-la foto es del gran norte canadiense. La silueta es ilub, o su sombra, que no es lo mismo pero es igual-




lunes, 29 de octubre de 2007

Y YA NO SE MIRAN


y ya no se miran



Ya sabe como va a ser
tiene tanto de hábito
el encuentro, la risa, la caricia
y sin embargo persiste
se dejan engañar
se encuentran
se ríen
se acarician
(a veces en distinto orden
se ríen antes de encontrarse
o se acarician sin reírse)
pero el resto es igual
la fusión,
la fisión,
otra vez la caricia
la sublime soledad compartida
ya sabe como va a ser
no le molesta que sea costumbre
se encuentran
ya casi no ríen
se acarician
pero ya no se engañan
la fusión
la fisión
el aroma
la despedida
(a veces también es distinto,
no les hace falta despedirse,
nunca más se miran)






pero se acarician



ilub


(Sin Remo. Pág 58. Ediciones Las Ilusas. Septiembre 2005)




-una vez más la tecnología atenta contra la estética-

domingo, 21 de octubre de 2007

DESPUÉS DE DESPUÉS


limpiame de recuerdos
mordeme
hasta que duela
hasta que sangre
arrancame de la boca su boca

gritame
decime cien veces te quiero
hasta que no tenga sentido

desterralo del placard
arma valijas con sus caricias
removelas de mi
de una en una
a tirones

empujalo de mis manos
hasta que caiga
pegame el alma con plasticola
quitame del cuerpo su sombra
enterralo

abrazame hasta asfixiarme
que no me quede aire
para nombrarlo

reite de su noche
cortalo en mil pedazos

enreda tu mano en mi pelo
extirpalo de mi vida
de mi

y si después de todo
lo ves aparecer
detrás de mis parpados

dejame ir