martes, 27 de noviembre de 2007

UNA VIEJA HISTORIA


Nunca había visto un conejo tan parecido a un elefante.

Los elefantes sabemos mucho de conejos y de todos los otros animales; los elefantes somos viejos, los hemos estudiado con celo durante mucho tiempo.

Mi adoración por los animales es casi el motivo de mi existencia, y juro que nunca había visto un conejo tan parecido a un elefante.

Apareció en el límite oriental del territorio, un día en que la anormalidad me había llevado a la meditación profunda. Por algún motivo decidí ir hacia allí a sentarme en los laureles y quizás dormir un tiempo… frené de golpe, estornudé, miré hacia abajo… un conejo. ¡Que parecido a un elefante!

Lo llevé a pasear, así lo observaba mejor. Tome nota: memoria de elefante, no tiene pelos, es mucho más oscuro que otros conejos, tiene más oreja, y más cola, su hocico es más estirado…

EL ELEFANTE JAMAS OLVIDA… De joven solía pensar q los elefantes éramos de carácter único y este bicho viene a fregarme en la cara que los elefantes somos también animales.

Así, sumido en contemplación, caí en cuenta de que, de haber tomado mis decisiones otro rumbo, no le hubiera pasado ni cerca, y, de no haber estornudado, le habría pisado.¡Bendita expiración involuntaria y repentina!
No cabe duda: este espécimen ES especial; encontrado de mágica manera, dócil y suave al trato. Lo quiero conmigo quiero quedarme con el. No parece resistirse, la idea de venir conmigo no le molesta en apariencia.

Tengo que tener cuidado, nunca había tenido un conejo. Menos tan parecido a un elefante.

Es por eso que no me da miedo llevarlo: tuve problemas con un cervatillo, con un gato, con un Cebú. Pero ellos no eran parecidos a un elefante.

El cervatillo, inquieto, saltaba de aquí para allá, hacía todo a la vez. Se negaba a ser ciervo. Yo en mi exasperación no pude enseñarle la importancia de cada sensación, la sabiduría de la calma. No. Lo dejé irse un día. Se fue triste pero corriendo. El cervato no tiene el ritmo del elefante.

El gato, en cambio, se dedicaba poco a la actividad. Pasaba días durmiendo, noches trabajando, cultivando un espíritu sabio, creía yo. Me adormecí en ese tempo largo. El gato tenía sus propios intereses, así que desaparecía por meses, volvía a comer, charlábamos, se volvía a ir. En esos días yo era el elefante más parecido a un gato que conocí.

El Cebú hizo destrozos en casa… como iba yo a saber, los cebúes no son animales de mi tierra. No nacieron para estar con los elefantes, ellos lo sabían. Yo no. El día que encontré uno, lo invité a comer (dicen que siempre pasa), atontado por las magnificas dotes del “inmenso” Cebú (había olvidado que los elefantes somos más grandes aún). Mi Cebú estuvo un tiempo conmigo, compartimos algunas cosas, pero no quería parecerse a un elefante. Se fue una noche a escondidas. Ni siquiera le gustaban los elefantes.

Pero este conejo es increíble, es tan parecido a un elefante.

Mi impresión es que va a estar cómodo en casa… no lo puedo dejar. Me gusta que parezca elefante, pero más me gusta que sea conejo.
Nunca había visto un conejo verdaderamente parecido a un elefante.

Esta claro para mí. Yo nací para tener ESE conejo (para otras cosas también)
¡Lo quiero!
Lástima que esos trámites tardan tanto…

Pero por mi madre que nunca vi un conejo tan parecido a un elefante!!

A VECES LAS METÁFORAS NOS QUEDAN CHICAS.



ilu P

viernes, 16 de noviembre de 2007

DESTIEMPO



el problema de llenar un vacío
es poder volver a vaciarlo

el problema de andar a destiempo
es quedar siempre al revés

encontrar también es perder

(demasiado rosa, demasiado escénico, demasiado cliché)


viernes, 9 de noviembre de 2007

SOMBRA DE VOS


"uno no siempre hace lo que quiere,
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote de menos"
(Mario Benedetti)





lo importante de la sombra,
si existe,
es que tenga conciencia profunda
de su condición de determinación absoluta


de su incapacidad ontológica
de vagar independiente y autónoma
irrumpir en sueños y cajones
aparecerse en algún espejo
situarse en cualquier rincón.


Pero si esto no es así,
y la sombra rebelde insiste en su disrupción
y come de tu comida cuando no ves,
o se camufla entre las sábanas
y te asusta a la madrugada


estamos ante un problema de lógicas
conjuntos de parámetros excluyentes
que se anulan entre sí
(y la sombra en el medio, se aclara)


de igual manera que
si por alguna razón insuficiente
te miro a los ojos y no estas
y nada más esta la sombra


Cortázar dijo:
(o Juan pensó que Hélene hubiera dicho)
"no soy responsable de la imagen que anda a tu lado"
-de la imagen de ella, se entiende-


ilub



-la foto es del gran norte canadiense. La silueta es ilub, o su sombra, que no es lo mismo pero es igual-