lo difícil de mirarse al espejo
sin proyectarse en un parámetro estético
encierra la funesta posibilidad
de mirar asombrado un par de cejas
un ojo, un rulo desordenado
y no encontrarse, no caber en la imagen.
lo simple de mirarse en otros ojos
otras manos, otra piel
es la genuina posibilidad
de tropezarse en el otro
y siempre más allá de uno mismo
excepto, claro
cuando ni mítica ni simbólica
la palabra a-si-me-trí-a
se convierte y reconvierte
hasta quedarse sola y malherida
suspendida en un tiempo sin tiempo
hasta que.
ilub